Aproximaciones y Textos críticos
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(Texto crítico para "La erosión del sentido", Libro-catálogo de la obra de Enrique Madrid)
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Cuenca, septiembre 25, 2012
1 Rosalind E. Krauss, “Retículas”, en La originalidad de la Vanguardia y otros mitos modernos, versión española de Adolfo Gómez Cedillo, Alianza, Madrid, 2002, p. 23.
2 Véase Roland Barthes, “La metáfora del laberinto”, en La preparación de la novela. Notas de cursos y seminarios en el Collège de France, 1978-1979 y 1979-1980, Siglo XXI, Buenos Aires, 2005, p. 171.
3 Todo en Madrid pasa por lo que en retórica se conoce como tropos o “figuras de significación”. Ya en 1992 pintó un magnífico cuadro que tituló Sinécdoque, donde sobresale lo que parecen ser dos torres de televisión o de petróleo. Para su cuadro Yo, que tantas veces me siento tan real como una metáfora (1995), echa mano de una frase de Pessoa, que puede ser leída como una declaración de principios artísticos.
4 Tamara Kamenszain, “Retroceder el cuello a la gramática. Avatares de un movimiento literario de los años 80”, en www.casadelasiguanas.org/2010/05/retorcer-el-cuello-de-la-gramatica.html
Enrique Madrid: el duro de Machala.
ENRIQUE MADRID: EL CAOS MINUCIOSO
(lectura de La erosión del sentido, Catálogo
del El Apuntador ediciones, 2012)
Por James Martínez Torres
1
El verbo que designa el propósito
central es: Re-semantizar el mundo. Para
eso, la esclerosis del sentido en todo caso deliberada, desde el sesgo radical
del creador equipado con su ojo educado. Todo repartido en una obra de
exaltante complejidad, por su concepto, factura, tratamiento y asombrosa visión
crítica.
Madrid nos lleva por las derivas de la mirada: una artesanía
minuciosa (en el sentido de miglior fabro
que decía T.S. Eliot en la dedicatoria de su poema Tierra Baldía al viejo Pound, mentor o animador). Quiero decir
hipertextos cromáticos y texturales, casi capas sobre capas que no incomodan al
tacto sensible pero enriquecen la visión, una conciencia crítica, un paquete
resuelto en armonía de formas y materiales cromáticos que captura (y construye
artísticamente) el caos de mundos que se abren a otros espacios.
Caleidoscopio vertical o limitado
por el formato elegido, puertas- ventanas- pasos de calzado diverso de gente
invisible que transita lechos y aceras de una urbe bananera intermedia (¿el
mundo?), rendijas -y el ojo que mira por ahí, voyeur frenético pero enmascarado de imparcialidad en su máscara de
Madrid, cerraduras que invitan a mirar y armar la trama irónica, infierno
modulado de la modernidad por esa mirada crítica-
codificando, palmeras de la ciudad de las palmeras, bicicletas de cuadriculadas
ruedas (piensen el gesto grotesco, si rodaran), calcetines de payaso, balones
de fútbol, paraguas que hacen llover, etc
y hay más, inventario de escombros y desechos de la modernidad: aquí se
siente el desencanto el desarraigo el desamparo existencial de un sujeto
atrapado en la foto del collage, de la
noticia vespertina, de la página social
o deportiva, del álbum familiar:
fotos que son otro plano: la técnica hace lo que pide el tema o la fruición del
ojo y la mano del autor, fotos donde bucea en un aire enrarecido, el género
humano del anticuario de la ciudad: aire público y vida privada, parodiada,
reinventada, sugerida, donde una cromática intensa delimita, traza el borde,
dibuja los demenciales extramuros de ese pueblo con un suburbio a pocas cuadras
del centro, deshuesaderos nublados donde late y pugna por salir el fin del
mundo (bananero), universal.
Una visión (no tan críptica) del
espacio visual representando la crítica de la realidad: (si no fuera así, no
habrían artes visuales, comidas por el mercado y el currículo que le
corresponde).
2
Inventario de códigos y objetos
anodinos (nada lo es aquí, nada es lo que parece, todo remite a más), será
largo y tendido en la tela que no acaba nunca y se prolonga en la trama dudosa
de esto que llamamos lo real. Cada cosa des-centrada y resituada en el magma
del texto visual, cerrado universo que se
abre a la sorpresa: como el cubo del ahorcado de Pablo Palacio,
Interioridad que busca su centro afuera, en la mirada-del-otro: entonces hagamos
un inventario de llaves y candados y ventanas, que invitan a entrar, salir, ¿pero
adónde?-
Ironía y sarcasmo visual (ej.
Sillas con zapatos o botas). Sinestesia: cromática que remite a sonidos de
fiesta con algo de humor de negro o sones de regetón. Atmósferas que sugieren
gritos ayes pregones de la calle: orquesta y coros, superpuestos mezclados
desiguales, toda la plaza pública que irrumpe en interiores con su viento su
lluvia manual y su aire loco y bárbaro.
3
MATERIALES: todos los de las
artes plásticas y todas las grafías. Textos: ¿qué significan, qué lugar ocupan
y cómo funcionan en la eficacia del mensaje plástico y múltiple? (DESARROLLAR).
Todo codificado por la mano de Madrid su mano y su ojo que palpa los climas de la modernidad de la ciudad
intermedia hecha universo, Cosmópolis, grotesco tropo tremendista, modulado por
la mirada crítica y el trabajo manual controlado por una vocación casi artesana
en su aplicación manual, pero cargada de cultura artística y penetración
alegórica en la cotidianidad.
Técnicas (por ejemplo el collage, con fotos esfumadas casi, bajo
una superficie de objetos y rostros que habitan otro tiempo): técnicas para
introducir signos como formas que el imaginario colectivo codifica de otro
modo, para sugerir la convivencia de mundos y en planos de espacio y color que
se intercambian y dialogan, produciendo una sensación de extrañamiento, rompiendo los hábitos mentales del espectador, induciendo
a cambiar los automatismos de la percepción del arte y la realidad, conjugando
modos de la ilustración callejera o informal con recursos académicos, en una
síntesis intransferible. Intuimos en este muestrario, un lenguaje de Pop-art
mestizo como parodia o recurso para dar cuenta de un mundo propio, que no
pierde la universalidad de su propuesta
artística, grotesco, pero festivo, sin remilgos mercantiles ni concesiones a la
frivolidad.
Técnicas: materiales del collage
de fotografías: periódicos, fotos de archivo, álbumes familiares. Collage de
pinturas. Acrílico y grafito. Collage de papel impreso. Adhesivos publicitarios. Acrílico. Pigmentos naturales
El collage: ¿ cómo opera como
productor de efectos y sentidos en el diseño de la obra?
: humanización, intimidad, presencia de lo prosaico, el lugar común, la
crónica roja: la cotidianidad y los micromundos que nos seducen en la calma
chicha del aburrimiento citadino. Y las texturas que crea la superposición de
técnicas y materiales, cruce de mundos y la diversidad de lenguajes, todo en el
formato de la tela.
Y cerca, el fosforescente
manglar, el estero histórico donde brama el conchal, la orilla que nos funda,
donde se desprendieron los primeros punaes, y la flora y la fauna ribereña y
marina: todo eso puede ser re presentado, como ausencia que se acerca y rodea
el universo minuciosamente parodiado, caótico, íntimo y público. Y ese borde
difuso que hace la hibridez, la síntesis de lo bárbaro y lo moderno mercantil,
la cultura que Madrid relee, deconstruye y reinventa en términos visuales,
cromáticos, gráficos, dibujo que colorea y color que traza límites y formas.
Aquí decimos que nuestro artista
-casi como quien no lo intenta siquiera- transgrede y cuestiona el mismo
concepto de Arte ilustrado, de sala de exposiciones y museo, su barroquismo
descentra el mismo ojo del magma donde parten las formas circulares que invaden
el vacío y recoge tradiciones o
influencias recientes: el grafitti, el informalismo, Dubuffet, el arte urbano, Alechinski,
Basquiat , Polke, Raushenberg, etc, (es un censo desigual); el grotesco
popular, la readaptación de la cultura gráfica mediática, de diarios y pedazos
de texto impreso que son seres humanizados que soportan huesos, logotipos de
marcas recreados con ironía, zonas inéditas del espacio privado y del cuerpo,
manuscritos en la palma de la mano y en muslos de mujer que nos recuerdan el
mundillo de las trampas del aula en el colegio. Así la erosión de la materia
cromática , al mismo tiempo que multiplica y desordena y hace proliferar formas
nuevas, climas que son nuevas miradas de
nuestra modernidad local, agrícola y minera, novelera y consumista, y toda la
esquizofrenia diaria ennoblecida, por el humor y el ojo crítico.
Si mostrara las imágenes de La erosion… en un portal con nombres y
amenazas y penes y breves promesas de amor y marcadores del clásico del
astillero, y posters viejos, todo sería uno, se fundiría con el paisaje salvaje
de los códigos urbanos anónimos.
4
Textos escritos, manuscritos o
impresos : ¿qué significan? Aquí juega y aporta el arte callejero, el trazo naif, la literatura, la búsqueda de la
intimidad de la letra manuscrita, siempre arañando un trozo de interioridad:
camisas blancas que piensan su condición, abstrayendo parlamentos en globos de
tira cómica; el collage de periódicos impresos (AUTOGOL), ahoga en
transparencias verde-agua sucia otras zonas de vida diaria, (partidos de
futbol, titulares amputados, señales de tránsito para perderse, presididos por
una fosforescente planta de plátano donde cuelgan pelotas de fútbol como
frutos). Y la letanía obsesiva manuscrita mil veces: “Otra vez otra vez otra
vez otra vez…..” como si fuera el escritor asesino de El resplandor, de
Kubrick, y así.
Calidad y pertinencia de los
materiales, jerarquías y lugar en la totalidad. Solo lo enuncio como aspecto de
una lectura que no tiene por qué ser esclarecedora a full; no soy curador ni
crítico, solo un mirante con algo de
criterio visual. Öleo y acrílico, pigmentos naturales, sobre tela. Témpera, una
que otra acuarela Técnicas: collage de periódicos impresos, de pinturas,
fotografías, grabado, aguafuerte, litografía, aguatinta, aguada. Barniz blando.
Pero las jerarquías son
simbólicas y se integran al diseño de una crítica visual de la realidad por medio
de la representación del arte: todo se somete a una mirada que cuestiona el
lugar de los objetos en el imaginario cotidiano y al hacerlo, des-centra,
perturba la percepción, como un saludable ejercicio de (des) y re-conocimiento:
deconstrucción para conjurar el horror y la mediocridad y la costumbre citadina
y propiciar el espacio para ir produciendo, desde una mirada nueva (menudo
proyecto), percepciones frescas del mundo. ¿Te sumas?
Entonces, desde el fondo plástico
que soporta los mundos de Madrid, (su alter ego que pinta, por que el autor
desaparece en la fruición el frenesí la ebriedad que es la condición de la
creación, trabajo y oficio y manía, nunca inspiración), tenemos -otra vez-:
fotos, titulares de diarios, textos manuscritos, impresos, refranes y dichos de
la oralidad familiar popular. Por que palpita en esta obra un toque “ausente”
de imaginario rural que esta cerca, espacial y culturalmente, en el
inconsciente comunitario, que habita en el artista. ¿qué son si no, hacer el cuatro, tormenta en un vaso de
agua, esta historia no es de risa, ¡ya volvemos no se vayan¡, nadie sabe lo de
nadie?: puro sentido común, conseja, epistemología de la boca y la
experiencia. Las manos, los huesos, la
muerte como código irónico, el juego, el mercado, el grotesco de la mercancía
que satura y moldea un cuerpo que, en
la obra de Madrid, está, a pesar de la convención técnica, saturado, por
explotar, trozado, a veces torturado por los mismos objetos de su ironía.
(¿Dónde han visto un papel higiénico con púas, que metáfora es esa? Las partes
bajas del cuerpo humilladas en el rito más común). Cada código contrapuntea con
su complementario en el intenso, incendiario, casi demencial bestiario del
conjunto de obras que comentamos y de aquí sale una compleja y no menos
edificante (nada lo es respecto a lo que se deconstruye) aventura de
resignificación.
5
Títulos: otro nivel expresivo
(cuasi literario, otra poética) que dialoga y juega con el interior del cuadro:
vayan a mirar el catálogo: Sentido de
pertenencia, Vital urbano, historia de un inmigrante (denotativos-inocentes);
Análisis de la lluvia, La justicia
desde el punto de vista euclidiano, Yo,
que a veces me siento tan real como una metáfora; Por la boca de la noche,
regresaron; La evolución de los intereses particulares (irónicos-poéticos),
etc.
Si contrastamos el texto con el
mundo representado, será un rico ejercicio de percepción del arte.
6 (A modo de conclusión )
6.1
Madrid trabaja hacia los lados, hacia el
centro del magma ciudadano. Su representación visual crece por partenogénesis,
rizomáticamente (cfr. Deleuze)
Un devenir multiplicador de signos re
escritos desplazados de su eje usual, texturas y climas donde la obturación de
la forma y el color produce otro espacio tejido que abre-cierra-abre Nuevos
territorios: calidoscopio.
(parece que cuando trabaja, va narrando una
historia que no es lineal y lo que parece que son objetos o rostros dispersos a
su atroz destino, son estaciones donde todo se trama y trafica: la vida misma
un poquito más oscura y a veces coloreada con grumos de agresivos tonos)
6.2
Signos sacados al desamparo del espacio
plástico y burlados por un ojo que aprecia el humor grotesco, como subversión
contra la costumbre;
Como un modo de mostrar el rostro sin
maquillar del interior urbano, y el exterior tan trillado y tan querido, de la
urbe bananera que trata de ser el mundo;
Cruce de lenguajes, planos que se cruzan y
ensamblan (no se ve las junturas, las costuras de esa realidad rebelde que debe
ser transformada o reinventada por los juegos del arte y las utopías tan amenazadas
hoy por los poderes culturales y políticos);
Intercambio de sentidos: ¿qué le dice la
foto velada por el tiempo a los huesos que llueven por un Frankenstein de papel
periódico, de qué dialogan?
¿o la mano anillada -parece de un maniquí-
al carro que frena a raya, sacando chispas del asfalto?
¿o la urna transparente (de consejo
electoral), al personaje fosforescente arrimado a la planta de banano colorida donde
se desprende una lluvia torrencial, todo sobre un soporte velado en formato de
cómic, de fotos de lugares, tranvías, titulares, casas viejas y recuerdos
entrañables?
O la blanca silla con botines junto a la
ventana y una repisa guardando siempre fotos fotos fotos fotos, bajo el agua turbia
del tiempo, metáfora de la memoria- de próceres, de familiares perdidos, de
Nebot, de hombres invisibles, y una llave de otro tiempo colgando del cuadro….
Parodias de ambientes con ritmos urbanos íntimos
y públicos. Y todo está en nosotros, vociferando.
Machala-
Guayaquil- 2013 - 2021
Canción de los dormitorios
vacíos y/o la pureza de lo ausente
no reconoce
su grafía,
pero borra
los deshechos de la realidad.
La jauría de
la mente cebada, ataca; lanza
bocaditos de
humor negro,
tienta la
gloria de la oscuridad:
no hay nada,
no hay nadie allí.
"En la
broma nos entendemos, esa es la trampa"
-Es el decir
de la boca de la apariencia; el gesto
del disimulo-
Jerónimos
Bosch no durmió nunca ahí, ni él ni Keith Haring;
huyeron
al ágape de
la pureza.
Del libro "La Erosión
del Sentido"
Enrique Madrid
2012
ELLA DICE
Para Enrique Madrid.
Ella dice, repitiendo lo que escuchó como
consejo:
“Todo puerto es seguro para el buen
navegante”.
Por eso tú, que siempre viviste en
altamar,
Cuando puedas pisa tierra y bebe cerveza
y canta
con la gente del Puerto que sabe sonreír,
porque el viaje por mar nunca termina
Jorge Prócel Ramírez
OIL ON CANVAS
Por James Martínez T.
(Tema para un
cuento)
Para Enrique
Madrid, con la textura de la pesadilla.
El autor accede
por la Red virtual, a una galería de pinturas: arte clásico (Vermeer), aborigen
(australianos), impresionista (Manet), cubistas (Braque, Gris), surrealistas
(Klee, Chirico, Dalí), Picasso, y los más recientes o afines al
expresionismo abstracto: De Koonig,
Rothko, Gorki, Raushenberg, etc.
Al autor la visión de esas
pinturas se le vuelve obsesiva, lo alimenta y estimula, enloquece su percepción
de las formas, cada día. Y se va armando de un modo siniestro un mundo que irrumpe, montaje de imágenes en la realidad diaria, interfiriendo con las cosas y los seres: Chirico en el Mercado del pueblo de Arenillas (El gran
metafísico), un arlequín de Picasso cubista haciendo cola en el banco, un lienzo de arte maorí como paisaje
de fondo de los fotógrafos de manga y trípode del parque central, texturas de
Raushenberg o seres de Gorki apareciendo en
las paredes de los edificios del centro, en las precarias casas del
suburbio; distinguidas mujeres lánguidas de Klimst, niñas perversas de Balthus
en algún lupanar de la ciudad.
El autor convive, concede,
dialoga con las formas, sirve de mediador entre los mundos superpuestos, vulgar
realidad y sueño cromático resuelto en matices que amenazan. No sabe cómo
negociar, busca lenguajes, modos de acordar un armisticio. Las formas animadas
lo presionan y cercan, arman disturbios donde el responsable es quien escribe;
la gente ahora protesta, lo mira con recelo, murmura a sus espaldas, acreedores
lo conminan a pagar los daños.
En el cuarto de una pensión de
mala muerte de la pequeña ciudad, el autor acaricia una pistola cromada,
cargada, mientras el Gran Masturbador de Dalí espera, impaciente, en la
recepción.
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